
El domingo 9 de abril emprendí mi viaje hacia las tierras vikingas, pero no sin antes pasar a buscar a mi amiga y compañera de Interrail noruego, Silvia. Así que para eso tuve que coger un vuelo Bilbao-Madrid e ir en su busca.Una vez juntas, nos sacamos una foto con la preciosa puesta de sol que se veía desde Moncloa, cenamos algo por allí cerca y nos dispusimos a recargar las pilas para el día siguiente.
10/4/2017

El despertador sonó temprano y a eso de las 6 de la mañana, justo cuando el metro abría sus puertas, ya estábamos allí, listas para coger el primer metro hacia el aeropuerto.
A las 7.30h comenzamos el embarque, como estaba previsto, y a las 8h despegamos. Fue un viaje bastante tranquilo aunque con alguna que otra turbulencia antes de aterrizar.
Llegamos al aeropuerto de Oslo a las 11.30h y nada más llegar cogimos el tren hacia la Central Station de Oslo que nos costó 93kr por persona.
Lo pagamos pensando en ahorrar los viajes de Interrail y así poder utilizar los pases para trayectos más largos pero… nos equivocamos. ¡Enseguida veréis lo que nos pasó!
Media hora aproximadamente fue lo que tardamos en llegar a la Central S. Una vez allí lo primero que hicimos fue reservar el tren nocturno a Stavanger por el que, a pesar de tener el pase Interrail, tuvimos que pagar 50kr de más (cada una) por ser nocturno.
Dejamos las maletas en las taquillas de la estación para así recorrer Oslo con tranquilidad. Las taquillas son de diferentes tamaños y según cuál elijas el precio varía. Nosotras cogimos una mediana para las dos por 70kr.
Al salir de la estación lo primero que vimos fue la famosa ópera de Oslo, un edificio modernísimo con entrada gratuita para el que quiera verlo por dentro.
Después paseamos por la calle principal donde hay muchas tiendas y por la que se llega al Royal Palace. Un edificio muy simple a nuestro parecer si lo comparamos con otros palacios reales. Tratamos de sacarnos un selfie decente, pero fue imposible y como puedes ver en la foto, Silvia se moría de la risa. Nos lo pasamos bien, sí.
Al final decidimos hacernos la foto de lejos con el temporizador, quedó algo mejor.
Paseando llegamos hasta el City Hall, un edificio con entrada gratuita también, en el que se pueden ver diferentes pinturas en las paredes, techos…
Si se quiere hay opción de hacer una visita guiada por el mismo ayuntamiento y así descubrir un poquito mejor la historia, el arte y las diferentes actividades que se llevan a cabo allí.
Tras visitar el City Hall decidimos caminar hacia la fortaleza de Akershus. A mi parecer, lo más bonito de Oslo porque el resto de la ciudad me pareció muy simple, bastante moderna y sin ningún encanto especial. Pero esa es sólo mi opinión.
Empezó a llover y volvimos a la estación central a esperar el tren de Stavanger que salía a las 22.30h.
Dormir en el tren no es que sea muy cómodo, pero aprovechando el largo viaje nos ahorramos la noche de hotel. Además, al ser un viaje nocturno, nos regalaron un kit de sueño: manta, antifaz, tapones y una mini almohada hinchable.
11/4/2017

A las 7.15h ya estábamos en Stavanger, era un día soleado pero frío. Preguntamos en la estación de tren sobre nuestro B&B y allí nos dirigimos. Como todavía era pronto para entrar en la habitación y veníamos de un largo viaje, nos dejaron cambiarnos en la habitación de recepción. Nos aseamos y una vez limpias y como nuevas, emprendimos nuestra aventura por los fiordos. La primera parada fue Preikestolen.
Para ir a Preikestolen es necesario coger un ferry primero y un autobús después. Se puede contratar el transporte de la excursión por internet o comprarlo allí mismo, en el puerto.

Al parecer hay dos compañías diferentes; la de color verde, cuyo nombre no recuerdo, cuesta 350kr cogiendo el ticket allí mismo (autobús y ferry incluidos) y 300kr comprándolo por internet.
La compañía roja vende únicamente los pases de autobús por 200kr, a los que luego habría que sumarle los 56kr de ida y los 56kr de vuelta del ferry. Lo que termina siendo 312kr.
Nosotras cogimos éste después de preguntar mucho e informarnos bien, ya que era la opción más económica. Pero sabiéndolo con anterioridad, sale más económico aún si lo compras por internet.
Te montas en el ferry y una vez arriba unos chicos pasan a pedir el ticket o a cobrar. Como anécdota contarte que es fácil hacerlo sin pagar, puesto que solamente pasan una vez y si casualmente te encuentras en el baño como fue el caso de una de nosotras en el viaje de vuelta, esos 56kr que te ahorras.
Pero, no seas ilegal, ¡no lo hagas queriendo!
Una vez al otro lado del puerto, los autobuses esperan para llevarte al punto de salida de la excursión.

Allí cada uno subirá a Preikestolen a su ritmo. Es una subida de 2 horas (con algunas paraditas y a un ritmo normal) y que se baja perfectamente en 1 hora a ritmo ligero. En nuestro caso, el tiempo no acompañaba mucho (abril) y el que estuviera nevando y con niebla no dejaba ver todo lo bonito que realmente es, pero aún así, mereció la pena.
Los amigos que nos acompañaron durante el viaje eran una familia de Zorroza y una chica gallega, que hicieron que la caminata se hiciera más amena.
Tras sufrir un poquillo luchando contra el frío viento y la nieve, por fin llegamos a la cima. Nuestra recompensa, comer con vistas casi inmejorables. Digo lo de casi porque si hubiese estado despejado… molaría mucho más, pero no nos quejamos. ¡Nos encantó!
Es realmente impactante y la sensación de estar allí arriba es indescriptible. Tendremos que volver en verano para asegurarnos el buen tiempo. Es 100% recomendable.
Para las 17.30h ya estábamos en el hotel. Nos dimos una muy merecida ducha caliente y a las 19.30h bajamos al comedor a merendar. Fue un verdadero acierto elegir ese B&B, ya que a las tardes ofrecían unos waffles para merendar. ¡¡Gratuitos!! (bueno, dentro del precio, supongo jjj)
Para eso de las 20.30h ya era de noche y después de todo el viajecito de tren y ruta de montaña que habíamos tenido sin parar, el cansancio acumulado que teníamos empezaba a notarse, así que para las 21 horas ya estábamos en la cama.
12/4/2017

Día en Stavanger. Nos levantamos por la mañana, desayunamos como reinas y nos fuimos a explorar la ciudad. Pequeñita y con bastante encanto.
El puertito, el museo del petróleo, las casitas de colores en la calle «Fargegata», el casco antiguo con casitas blancas de más de 500 años y callejuelas llenas de tiestitos con flores,…
Fuimos a comer al hotel porque hacia mucho frío y no se podía casi estar en la calle. A la vuelta, después de haber entrado en calor, nos fuimos a conocer la otra parte de Stavanger. Un paseo por la costa con una playa muy bonita donde empezó a llover y tuvimos que resguardarnos bajo una tejavana de la única casita que había allí. Era un lugar muy tranquilo que recomendamos visitar.
Cuando dejó de llover, volvimos hacia el hotel rodeando toda la ciudad por la otra parte. En el hotel, ducha caliente y a la cama.
13/4/2017
Desayunar pronto, abandonar Stavanger y dirigirnos hacia Bergen en autobús. Nosotras montamos gratis con el Interrail Pass, pero si no, habrían sido 68€ por persona aproximadamente.

Llegamos a Bergen a las 14.30h, nos instalamos en nuestro hotel «Marken guesthouse», comimos algunas de las provisiones que habíamos llevado desde Bilbao en la mochila y salimos a ver la ciudad.
Vimos el mercado de pescado, la calle de casitas de colores de Brygen, subimos al funicular de Fløyen…etc.
A Fløyen se puede subir andando, pero es una buena tiradita cuesta arriba y como las horas de luz escaseaban, nosotras cogimos el funicular. El precio, 100kr por persona cogiendo el ticket doble, es decir, subir y bajar. Aunque también estaba la opción de coger sólo un viaje, ya sea de subida o de bajada, por 50kr.
Hacía un frío del horror, así que para las 19.30h, a casa, ducha caliente y a dormir.
14/4/2017

Norway in a nutshell por nuestra cuenta.
A las 8.43h cogimos el tren desde Bergen hacia Myrdal.
Llegamos allí a las 11.10h y a las 11.15h cogimos el antiguo tren de Flam por 250kr cada una gracias al 30% de descuento por tener el ticket del Interrail. El precio real era 360kr la ida y 480kr ida y vuelta. La verdad que es bastante caro para los 40 minutos que dura el viaje. Eso sí, las vistas son preciosas.

A las 12.00h llegamos a Flam. Allí disfrutamos tranquilamente del pueblito durante tres horas, ya que el ferry de los fiordos salía a las 15.00h. Comimos, paseamos… en tres horas tuvimos tiempo de sobra para ver Flam.
(NOTA: hay opción de hacer el recorrido al revés. En ese caso, las visitas de Flam duran solamente 40 minutos. Creemos que es muy poco para disfrutarlo bien. Aconsejamos hacer la ruta en la misma dirección que nosotras.)
A la hora de coger el ferry… ¡Esto es lo que nos pasó!
Estuvimos allí, puntuales, pero la gente había comprado el ticket online y nosotras, que más o menos íbamos improvisando sobre la marcha, no teníamos nada cogido. Total, que los chicos de la entrada nos dijeron que no había plazas y que lo mejor que podíamos hacer era intentar hacer la ruta al revés (ya que al parecer la hace menos gente en ese orden y era más probable que hubiera plazas en el ferry) o intentarlo al día siguiente. Nuestras caras eran un poema y hasta nos entraba la risa no pudiendo creer lo que estaba pasando. Mientras tanto, la gente iba enseñando sus tickets e iba montando. Nosotras allí, paradas sin saber que hacer, con la tarjeta de crédito en la mano y sin poder entrar. Ya estaban todos los pasajeros embarcados, excepto una mujer que estaba allí esperando a su marido, pero por supuesto, con los tickets en la mano. Los chicos de la entrada hablaban en noruego entre ellos, mientras nos miraban. A lo lejos apareció el hombre al que estaban esperando. Éste se acercaba corriendo con miedo de perder el ferry y el chico que tenía el datáfono para cobrar las entradas y el contador, guardó todas las cosas. Nosotras ya, con la esperanza perdida. De repente, pasó la mujer, pasó el marido y uno de los chicos del barco, mientras soltaba los amarres nos hizo un gesto para que montemos. ¡No nos lo podíamos creer! Nos dejaron pasar, ¡y gratis!
La suerte estaba muy de nuestra parte. Probablemente seremos de las pocas personas que podemos decir que hemos hecho un crucero por los fiordos noruegos ¡prácticamente gratis! El pack Norway in a nutshell cuesta 1440kr y nosotras lo hicimos por 250kr. La verdad que no nos lo creíamos.

El crucero por el Aurlandsfjord y por el Nærøyfjord (patrimonio de la UNESCO) duró 2 horas aproximadamente.
A las 17.25h cogimos el autobús nº 950 que salía hacia Voss, y allí a las 18.39h cogimos el tren que finalmente nos llevaría de vuelta a Bergen.
Cenar, ducha y a la cama.
15/4/2017

Día de locos. Tras desayunar algo con estas preciosas vistas que había desde el comedor de nuestro hotel, nos dirigimos a la oficina de turismo.
La chica que nos atendió, no sé en qué pensaba ya que nos mando a Steintø. Un pueblo en el que no hay nada. Es bonito el viaje hasta allí pero… poco más.
Menos mal que antes de coger el autobús nos tomamos un smoothie natural en la estación y que llevábamos una ensalada de esas frías en la mochila, porque allí no había nada para comer ni para tomar.

Cerca de Steintø hay unas cascadas bonitas que se pueden visitar si vas en coche. Nosotras fuimos en autobús y… no pudimos llegar a ellas.
El viaje nos costó 136kr por persona y para colmo, el autobús no se podía pagar con tarjeta, así que tuvimos que sacar nuestros primeras coronas noruegas (NOK) en un cajero.

La foto tan bonita que veis, es el pueblito al que fuimos y sí, es un sitio muy bonito, pero todo lo que veis en la foto es todo lo que vais a ver si vais allí. No hay ni una casa más, ni una casa menos.
Estábamos heladas y el autobús de vuelta no pasaba hasta una hora más tarde, así que con intención de entrar en calor, nos perdimos por una montaña que había por allí. Y estas son las vistas.
A la vuelta a Bergen, dimos el último paseito por la ciudad para despedirnos. Visitamos la fortaleza de Bergenhus y a casa. Cenar pizza y a dormir.

16/4/2017
Abandonamos Bergen para volver a Oslo. El tren salía a las 11.59h y nos esperaba un largo camino. Con el interrail ya no teníamos que pagar el tren. Ya que todos los trenes NSB entran dentro del Interrail Pass en Noruega. Nos pasamos prácticamente todo el día en el tren, 7 horas de viaje, así que poco tenemos que comentar sobre este día. Lo único, que si vas a hacer este viaje de día, te recomiendo que te sientes a la izquierda del tren, ya que el paisaje en general es más bonito. Obviamente, en el lado derecho también hay cositas que ver. Pero siempre puedes cambiarte de asientos.

17/4/2017

El hotel de Oslo era Oslobox, de la cadena de hoteles Citybox, simple y sencilla, en la que no hay recepcionista. El check-in y chek-out se hacen a través de unas máquinas muy fáciles de utilizar. Era nuestra primera vez en un hotel de estos y la verdad que estuvimos muy a gusto.
Estábamos en el centro de la ciudad así que aprovechamos para verla y como no, para visitar el National Gallery de Oslo, donde pudimos ver la famosa obra de «El grito» de E.Munch.
Como decía antes, Oslo en sí no me pareció nada del otro mundo. Me gustaron bastante más otras ciudades que visitamos, pero es cierto que en Oslo tambien hay rincones bonitos. Como por ejemplo las calles de Telthusbakken y Damstredet, con sus preciosas casitas de madera.
Un sitio que también hay que visitar en Oslo es el parque de Vigeland, también llamado el parque de las estatuas.
Para llegar allí tuvimos que andar bastante y pasamos por el parque del palacio real, donde pudimos ver el cambio de guardia.

18/4/2017
Último día por las tierras Noruegas. Aprovechamos para visitar la península Bygdøy, península vikinga que está a tan solo minutos en barco. Este barquito se coge en el muelle, frente al ayuntamiento de Oslo.
Y la verdad es que merece la pena simplemente por ver el antiguo poblado Vikingo con sus casitas de madera, las escuelas, las iglesias… y sus tradiciones.
19/4/2017

Último desayuno en Oslo antes de coger el tren al aeropuerto. Si la pinta es mala, el sabor, era peor. Y se acabó lo que se daba. Oslo-Madrid, Madrid-Bilbao.